17 enero 2010


In pictures: Bhopal 25 years on

View of the Blue Moon Colony in Bhopal, set against the former Union Carbide industrial complex
The Union Carbide plant in Bhopal
On 3 December 1984 a gas tank exploded at the US-owned Union Carbide pesticides manufacturing plant in Bhopal, India, releasing 40 tonnes of methyl isocyanate (MIC gas) in a lethal cloud that dispersed over the densely populated city.
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Bhopal survivors fight for justice
03 Dec 09 |  South Asia
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25 años de la tragedia de Bhopal

Un escape de gas tóxico provocó la muerte en el acto de 4.000 personas y otras 100.000 siguen hoy sufriendo las consecuencias de la fuga
03/12/2009 | Actualizada a las 15:34h | Internacional
Bhopal. (Reuters/EP).- Hoy se cumplen 25 años de la tragedia acaecida en Bhopal (India), en la que murieron en el acto cerca de 4.000 personas tras la fuga de un gas letalmente tóxico de uno de los tanques de la fábrica de pesticidas que la empresa Union Carbide -actualmente propiedad de compañía estadounidense Dow Chemical- poseía en la ciudad. Más de 100.000 personas continúan sufriendo las consecuencias del escape.
Cuarto de siglo después, en la ciudad continúan los restos abandonados de la fábrica lo que, en opinión de los ecologistas, "constituye un desastre dentro de un desastre" ya que la zona ha quedado contaminada, tras los estudios realizados sobre la toxicidad de las aguas subterráneas y las muestras extraditas del terreno.

En palabras del director del grupo de expertos del Centro de la Ciencia y el Ambiente (CSE), Sunita Narain, "la zona entera está altamente contaminada". "Los restos de la fábrica registran una toxicidad crónica lo que a su vez produce un envenenamiento en el cuerpo humano", añadió.

El accidente se produjo en las primeras horas del 3 de diciembre de 1984 cuando se produjo un escape de alrededor de 40 toneladas métricas de metilo tóxico isocyanate (MIC), un gas que se extendió por toda la ciudad y acabó con la vida de casi 4.000 personas en el acto. Además, se calcula que cerca de 25.000 personas murieron por las secuelas, y 100.000 continúan sufriendo las consecuencias del accidente.

Los habitantes de Bhopal sufren cáncer, ceguera, dificultades respiratorias, desórdenes neurológicos, trastornos reproductivos y defectos de nacimiento, entre otras enfermedades, según denuncian asociaciones de activistas y ONG, que reclaman a Dow Chemical que limpie la zona y purifique el abastecimiento de agua.

Uno de los abogados del caso, Rajan Sharma, denuncia que hay "miles de las toneladas de restos químicos tóxicos que no han sido tratadas adecuadamente, y que deben ser eliminadas". Sin embargo, Dow Chemical niega su responsabilidad en este caso, ya que en el año 1989 las víctimas recibieron 470 millones de dólares (311 millones de euros), y alega "no tener conocimiento de primera mano de la existencia de sustancias químicas".

El Gobierno indio también asegura que diversos estudios gubernamentales no han encontrado prueba alguna de contaminación en la zona, informaciones que contradicen los informes del CSE, en los que se afirma que las muestras tomadas en un diámetro de tres kilómetros alrededor de la fábrica arrojan unos resultados de una incidencia de sustancias tóxicas 38,6 veces superior a la media.

Por su parte, los ciudadanos aseguran que "el agua es veneno", aunque reconocen que siguen bebiendo de los acuíferos de la zona. "Somos pobres y no tenemos ninguna opción", asegura Savitri, una mujer de 55 años que perdió a su hijo y a su marido en el desastre.

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ANIVERSARIO | Murieron unas 4.000 personas

Bhopal, 25 años de una maldición

Una activista india se manifiesta durante una marcha en la localidad de Bhopal. | AFP
Una activista india se manifiesta durante una marcha en la localidad de Bhopal. | AFP
  • Las consecuencias del escape de gas de una fábrica de EEUU perduran aún hoy
Fue el caso más grave de contaminación química en tiempo de paz. Una tragedia que costó miles de vidas en la ciudad india de Bhopal. Ocurrió hace hoy 25 años, pero sus consecuencias todavía perduran.
La madrugada del 3 de diciembre de 1984, una nube pegajosa de aire envenenado surgió de la fábrica que la empresa norteamericana Union Carbide había construido en el centro de la ciudad india de Bhopal. Sin ninguna alarma que avisase del peligro, ningún plan de evacuación previsto ni la información sobre la composición del gas -que la empresa norteamericana se negó a facilitar-, la tragedia se convirtió en catástrofe.
En cuestión de horas perdieron la vida unas 4.000 personas y muchos miles más aspiraron el veneno que les mataría en los siguientes meses.
Para mucha gente, el drama que se desencadenó aquella noche aún no ha terminado. Toda una generación sufre las secuelas que dejó la nube con 42 toneladas de isocianato de metilo surgida del «tanque infernal» que carecía de las seis medidas de seguridad y contención obligatorias.
En el hospital donde tratan a los afectados por el escape, muchos diagnósticos sólo dicen: «Afectado por el gas». Unas palabras que pueden referirse a deformidades congénitas, cáncer de varios tipos, afecciones respiratorias y cutáneas, ceguera: la lista es interminable.

Una fábrica llena de fantasmas

Cerca del edificio se levanta aún la mole herrumbrosa de la planta química, llena de fantasmas, que el gobierno regional propuso convertir en un museo turístico. Las protestas de los afectados, muchos de los cuales siguen viviendo en el mismo lugar donde murieron sus familiares, han paralizado el proyecto. «Porque si no la gente pensaría que aquello ya pasó, pero sigue ocurriendo. Para nosotros aquella noche aún no ha acabado», asegura Taruna Menon, una de las miles de personas que aún tienen pesadillas con la «nube ardiente».
Y una de las afortunadas que recibió la compensación de 700 eurosque la empresa responsable acordó con el Gobierno indio para zanjar el asunto fuera de los tribunales. En total, la empresa norteamericana desembolsó unos 330 millones de euros, una cantidad que las asociaciones de afectados consideraron insuficiente y que en algunos casos ni siquiera llegó a quien debía por la corrupción o la burocracia.

Warren Anderson, un fugitivo


El jefe del consejo de administración de Union Carbide, Warren Anderson, viajó a la India poco después del escape de gas y a su llegada al país permaneció detenido durante tres horas por la policía. Poco después, pagó una fianza de 2.000 dólares y abandonó el país. Sonriendo a las cámaras de televisión, declaró poco antes de embarcar en el avión que le llevó a Estados Unidos: "Quiero saludar a mi mujer y decir: '¡Hola, mamá!', igual que se hace en los partidos". Anderson es considerado fugitivo por la Justicia india, y vive un retiro dorado en una lujosa mansión de Long Island.

Macabro aniversario

En Bhopal, quemar muñecos con su efigie se ha convertido ya en una rutina que se repite en cada aniversario de la tragedia.
En pleno centro de Bhopal, a 12.000 kilómetros del jardín de Warren, continúan enterradas miles de toneladas de desechos tóxicos que nadie, ni la empresa Union Carbide ni el Gobierno indio, han querido retirar. El agua que sale de los pozos cercanos a la fábrica es el único recurso para muchas personas que beben, cocinan, se lavan y riegan sus huertos literalmente con veneno, perpetuando así una maldición que comenzó con «una nube ardiente» y que dura ya un cuarto de siglo.

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No justice for Bhopal, 25 years on

A quarter of a century after the world's worst industrial disaster, the Indian government continues to ignore the people of Bhopal
It's 25 years since the world's worst industrial disaster struck Bhopal, a town in central India. On 3 December 1984, a toxic leak in Union Carbide Corporation's factory unleashed 40 tonnes of lethal gas into the sleeping town. It killed 3,500 people instantly and an estimated 20,000 have died from complications since. According to activists, the actual figures are much higher.
The compensation paid by Union Carbide to the Indian government was laughably low: nowhere near enough to pay for the actual numbers of people affected by the gas spill. For victims, getting the money from the government proved a Sisyphean task. For those who did manage to obtain compensation, the measly amount quickly ran out in the wake of new or persistent medical complications, hospital bills, and economic problems compounded by disabilities. Many have still not been paid.
Worse, the factory remains a contaminated site, its ruins full of toxic waste, its soil rife with mercury, lead, nickel and other metals, its secretions polluting water for miles around. And nobody wants to clean it up. Dow Chemical, which bought Union Carbide eight years ago, denies culpability and the state is eager to prove that the factory site is no longer harmful. As the novelist Indra Sinha has pointed out, Dow and the State are cosy colluders in this sordid saga. Meanwhile, the people of Bhopal are still suffering the effects: skin disease, deformed babies, contamination of soil, plants and animals.
Earlier this month, in a bizarre form of disaster tourism, the government of Madhya Pradesh (the state in which Bhopal lies) announced they would commemorate the 25th anniversary by opening the factory gates for two weeks, in an effort to show the site is safe. They wanted to display "that the 350 metric tonne waste lying in the factory is not at all harmful," as Babulal Gaur, minister for Bhopal gas tragedy relief and rehabilitation, told newspapers recently.
People closer to the ground – and the truth – were outraged. For a quarter of a century, the people of Bhopal have been fighting to get what is their due: adequate medical care, compensation, employment opportunities and a clean environment. They have had to protest, stage demonstrations, cry and wait. Outside courts, outside government buildings, outside ministerial residences and Dow Chemical offices. Twenty-five years is a long time to be stuck in the one horrible moment when life turned itself inside out. The government's latest attempt to deny the truth is not entirely unexpected but it does sink to new levels of subhuman behaviour. It's small relief that they have not acted out the absurd plan yet.
On 3 December, there will be memorial functions across our capital – lots of singing, candle-lighting, swaying with hands on hearts and so on. Then it'll be business as usual for most. For the people of Bhopal, though, the battle will have to go on. The least we can do is remember, and extend our support to them.

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India recuerda muertes por gas tóxico
Manifestantes en Bhopal
Los supervivientes han esperado recibir ayuda durante años
Aniversario trágico. Al menos 20 mil personas murieron en un escape de gas tóxico, que se produjo en una planta de pesticidas de la empresa estadounidense Union Carbide en 1984.
Fue en la ciudad india de Bhopal dónde se produjo el peor accidente industrial de la historia, cuando 40 toneladas de gas tóxico escaparon de un tanque de almacenamiento.
Aún hay miles de personas que sufren enfermedades crónicas debilitantes para las cuales no se ha encontrado un tratamiento eficaz.
Muchos habitantes de Bhopal no sólo recuerdan las calles llenas de cadáveres ese 3 de diciembre de 1984, sino que están seguros que el veneno no se ha ido.
Según algunos estudios científicos, el agua aún está contaminada, y se calcula que todavía quedan 25 toneladas de desperdicios químicos esparcidos en la zona.
En los almacenes abandonados de la Union Carbide, aún se pueden ver bolsas con material venenoso y cilindros oxidados con depósitos de mercurio.
La lucha de los activistas
Un grupo de activistas sigue haciendo una fuerte campaña para que Warren Anderson, quien fuera presidente de la Union Carbide en el momento de la tragedia, se siente en el banquillo de los acusados.
Procesión de antorchas
Los manifestantes pidieron justicia para las víctimas
Satinah Sadani, del Grupo de Información y Acción de Bhopal es uno de esos activistas.
"Se trata del peor criminal corporativo de la historia y no debemos permitir que escape de la justicia. Tiene que enfrentarse a este caso criminal, él y los representantes de la Union Carbide", dijo Sadani.
El activista insiste en que Anderson debería ser extraditado a la India, como fue solicitado en 2003. Sin embargo el gobierno de Estados Unidos rechazó la solicitud, cosa que "lo convierte en defensor de criminales", añadió Madani.
Sin solución
Después de un acuerdo con la Union Carbide, en 1989, la planta es administrada en la actualidad por el gobierno del estado de Madhya Pradesh, pobre consuelo para las víctimas que siguen exigiendo justicia.
Planta de Union Carbide en Bhopal
La planta, sin uso, está llena de residuos tóxicos
El gobierno dijo que harían un estudio para determinar el grado de contaminación que aún hay en la zona.
Según el ministro de estado Uma Shankar Gupta, en declaraciones a la agencia de noticias AFP, será "un primer paso" para la limpieza de la zona. Y es que el accidente es uno de los peores desastres medioambientales de la historia.
Sin embargo, el gobierno central de Delhi no confirmó cuando se llevará a cabo este estudio.
Los activistas de Bhopal, que piden más compensaciones y un juicio de los responsables del desastre, rechazaron esta noticia porque "es un estratagema para perder más tiempo", declaró el manifestante Abdul Jabbar.
Esta semana Amnistía Internacional volvió a criticar al gobierno de India por no haber pagado las compensaciones a los familiares de las víctimas.

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