NORMAN FOSTER
«Madrid es una ciudad fantástica. Tiene un ADN único»
«Madrid es una ciudad fantástica. Tiene un ADN único»
ANTÓN GOIRI |
En Madrid, durante uno de sus viajes relámpago a la ciudad, donde abrirá estudio este verano. |
El mago del high tech es ya un clásico de la arquitectura contemporánea. Pero su magia se mantiene intacta: sus edificios siguen anticipando el futuro. Ahora abre estudio en España, donde tiene varios proyectos en marcha. Entre ellos, su propia casa.
Lord Foster, una de las mentes pioneras y más apasionadas de la arquitectura contemporánea y, seguramente, el más solicitado arquitecto en la actualidad, estuvo en España para presentar su nuevo proyecto: las bodegas en las que el Grupo Faustino elaborará su tinto Portia con Denominación Ribera de Duero. Impecablemente vestido, y muy lejos de aparentar los 70 años que tiene, coloca sobre la mesa uno de sus cuadernos de bocetos y empieza a hablar sin parar de dibujar con precisión majestuosa.
XLSemanal. Dos de sus grandes pasiones, el vino y el vuelo, protagonizan sus nuevos proyectos…
Norman Foster. Así es. Seguramente, soy uno de los más fervientes y apasionados aficionados al vino, de esos que en una cena pueden pedir perfectamente una botella de 1.000 euros… El proceso, tan complejo, de su elaboración me interesa muchísimo. Es algo que para mí empieza con el paisaje de los viñedos. Su geometría es una de las vistas más bellas de la naturaleza.
XL. Imagino que todo ello le ha inspirado para diseñar el edificio de las bodegas Portia.
N.F. Efectivamente, el proceso de crear vino ha sido mi guía. Pero lo importante para mí era saber que ese edificio va a cambiar no sólo el paisaje del lugar, sino también, en cierta medida, la vida de la región; porque estas bodegas no son sólo un edificio industrial, sino un lugar de peregrinación turística, un sitio social muy accesible y didáctico, con un gran restaurante. Todo ello tendrá gran impacto en la vida del pueblo y de los alrededores. En cada proceso de una nueva obra sé ya que mis edificios acabarán siendo como esculturas en el paisaje, verdaderas esculturas. Pero la pregunta clave en cualquier trabajo es: ¿cómo empezar?, ¿con una forma irregular o con rigor intelectual buscando la poesía del proceso? Y en este caso, además, ¿cuál es la forma ideal de un edificio para el vino? ¿Qué es lo más cercano a la naturaleza? Uno puede hacer cualquier cosa con la tecnología, pero la naturaleza siempre impone los límites. Creo que al final el edificio posee una visión muy poética y, a la vez, muy rigurosa, como el proceso del vino.
XL. Poético y riguroso, como usted.
N.F. Creo que todos los arquitectos deberíamos ser tan poéticos como rigurosos, porque un buen arquitecto debe fundir la pasión por el paisaje y por la creatividad y la precisión de la arquitectura por las nuevas formas. Si uno observa una escultura de Richard Serra, Henry Moore o de Anthony Caro, el acero oxidado en el paisaje cambia con el tiempo.
XL. Su compañía celebra 40 años con proyectos y presencia en 23 países. ¿Cómo puede usted estar en todo? ¿Sigue detrás de cada proyecto?
N.F. Con el tiempo he logrado delegar y no todo es mi responsabilidad; cada año he ido confiando más y más tareas a los demás y, por supuesto, no reviso su día a día. Ahora, me reservo para cometidos más selectivos o que me interesan, como el placer de tener más libertad en el diseño, el desafío de los nuevos mercados o crear nuevos tipos de edificios. Después de 40 años, mis obligaciones han disminuido y la compañía funciona fabulosamente. Mi talento está ahora en todos los que trabajan (980 empleados: 850 en Londres y 130 por todo el mundo) y eso es un gran éxito, un éxito colectivo. Hay muchos malentendidos sobre mi compañía Foster & Partners; por ello es muy importante conocer nuestra forma de trabajar; somos una red, no una pirámide monolítica. Yo no controlo, sino que comparto con los socios o los directores de cada división. Aunque siempre estoy presente en las reuniones clave con los clientes o los políticos, en algunos proyectos mis socios están más cerca que yo; en otros soy yo quien está directamente inmerso. No podría hablar del Reichstag sin David Nelson o de las bodegas Portia sin Pedro Haberbosch. Finalmente los lazos que hemos creado en estos 40 años son tales que los proyectos serán siempre Foster, en el sentido de que son fruto de la larga experiencia común. Mi papel ha sido la creación de una serie de valores, de aptitudes, de responsabilidades y de enfoques en cuanto a creatividad y diseño que han sido desarrollados, reforzados y llevados a la práctica durante muchos años. Si miro hacia atrás, cuando comenzamos como Foster Associates, en 1967, una de nuestras principales preocupaciones fue la democratización del lugar de trabajo, romper la cultura de la clase trabajadora y la clase media y reinventar la oficina. Y así ha sido.
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